Querida Alejandra:
No tengo palabras para poder expresar el agradecimiento que siento por la amistad que me ofreciste, tanto tú como Carlos y toda tu familia.
En una ciudad tan grande como La Paz, la sensación de sentirse "solo" puede ser terrible. Quiero que sepas que gracias a ustedes JAMAS me sentí solo, al contrario, me encontraba como en mi propia familia.
Al irme de tu ciudad, las sensaciones fueron extrañas... por un lado sonreía porque viajaba a un nuevo lugar, nuevas experiencias, nuevas aventuras... pero por otro una tristeza llenaba de lágrimas mis ojos porque atrás dejaba unos grandes amigos que la casualidad me regaló conocer...
Se que nos volveremos a ver.. no se si mañana o el año próximo, pero te prometo que toda la vida estaré.
Recuerdas la cena en tu casa con tu familia? no podré jamás borrar esas maravillosas sensaciones que allí tuve. Tu mamá encantadora, tu papá fantástico, tu hermana y su cámara de fotos.. (jajjaja). tu hermano que me robó un trocito de mi corazón, Carlos tu novio que lo considero mi "hermano" de Bolivia...
Las ruedas de mi Linda me alejan de tu ciudad, pero mi espíritu aventurero, mi corazón inquieto se ha quedado ahí para siempre.
Como alguien decía, en mí existe un poquito de Cristobal Colón queriendo descubrir y un poquito de Quijote por vivir las ilusiones....
No se si Colón o Quijote, pero de lo que si estoy seguro es que soy tu amigo y eso nadie en este mundo lo podrá cambiar....
Desde un lugar en la carretera, con todo mi cariño...
JOse


