sábado, 6 de junio de 2009

La última meta del viaje...

Si las casualidades existen, yo creo que vivo en plena casualidad. Verás por qué te digo Charlie.

Hace unos 20 años recuerdo que mi madre me contó que un joven que había hecho un viaje grandísimo en moto iba a exponer unas diapositivas en un salón del ayuntamiento de la ciudad donde vivía. La verdad es que no tenía mucho interés, pero como no tenía mucho que hacer decidí ir a ver dicha exposión. Este joven es español, de la ciudad de Cádiz. Había ido en barco hasta Venezuela con su moto, y desde allí estuvo recorriendo todo el continente americano durante 2 años. Trabajaba para costearse su aventura en los lugares donde llegaba. Según iba exponiendo las diapositivas más iba ganando mi interés hasta el punto que ni pestañeaba, atento a todos los detalles y comentarios que hacía sobre el viaje. Cuando terminó me fui hasta él para conocerlo y felicitarlo. Aquel día, cuando le estrechaba la mano, le miré a los ojos y le dije "algún día haré ese viaje..."

Después de eso nos vimos como una docena de veces para compartir algún café, alguna charla y miles de sueños. La última vez que supe de él fue hace 10 años y se iba a vivir al norte de Europa. Su nombre... Bernardino Rosendo.





Vueltas que da la vida, un día me encontré con otro amigo común y le conté de mi viaje, de mi proyecto y que me iba a recorrer Latinoamerica. Sobre la marcha me dijo que estaba siguiendo los pasos de Bernardino ("Cosi" para los amigos). Me dio una tremenda alegría cuando me dijo que tenía su email. Así pues al llegar a mi casa, rápidamente le escribí y a los pocos días recibí su respueta. Se acordaba perfectamente de mí y me deseaba un buen viaje, actualmente vive en Holanda.
Viajé a América, recorri la primera etapa y le escribí para contarle. Luego más tarde volví a escribirle para decirle que salía para la siguiente. Al contestarme me dijo que por su trabajo tenía que estar unos meses en Quito-Ecuador. No podía creerlo, mi segunda etapa terminaría en Guayaquil y él estaría a 10 horas de carretera... Demasiadas casualidades!!!!
De ninguna manera podía irme de Ecuador sin darle un abrazo y compartir por lo menos un almuerzo "maestro-discípulo"!!!!
Desde Perú lo llamé y le dije que haría lo imposible por llegar a Quito. No hay palabras para expresar la emoción que suponía para mi ese encuentro. Sería la última meta de este viaje.
Al llegar a Guayaquil y organizar mi regreso a España, lo reajusté para tener un día libre. Viajé en el primer vuelo Guayaquil-Quito para regresar en el último y allí, a la salida de la terminal estaba Bernardino ("Cosi") esperándome..... Caramba, tuve que hacer grandes esfuerzos para que no se me saltaran las lágrimas... Diez años después y nos encontramos en Quito... Vivan las casualidades!!!!
El es un auténtico aventurero, todo un motero y alguien a quien escuchar con total atención. Su vida ha sido tan apasionante que simplemente dejándolo hablar se disfruta. Es extraordinaria su memoria, como recordaba los detalles de los lugares por los que yo había pasado. Por supuesto que el único tema de conversación fueron los viajes, las motos y las aventuras.... Cosi es de esas personas que difícilmente tendrás la oportunidad de conocer en la vida. Quién me iba a decir que volvería a encontrarlo justo en la mitad de mi viaje... en el Ecuador!!!!!
El como maestro y yo como discípulo, creo que ambos estábamos super felices del encuentro.
Como dicen los viejecitos cuando cosiguen algo, "ya me puedo morir tranquilo...", yo en este caso pude decir "ya me puedo volver a casa satisfecho..."
Gran parte del almuerzo nos lo pasábamos riéndonos de las comparativas entre la manera en que viajaba él y la que estoy viajando yo ahora. Ni GPS llevaba y yo llevo tres!!! jajajaj
El currículum de Cosi en cuanto a aventuras en moto es extraordinario, me deja "chiquitito". Además de recorrer toda Latinoamerica en 2 años, también se fue desde Cadiz (sur de España) a Japón en una 125cc, dio la vuelta al mundo en 70 días imitando la novela de Julio Verne "la vuelta al mundo en 80 días"... Y con todo ésto, no he conocido en mi vida a persona mas sencilla...
Te prometo querido amigo que no será la última vez que nos encontremos y que tampoco será mi última aventura en moto.... Dentro del montón de personas que me encantaría estuvieran a mi llegada a Miami, te aseguro que tú eres una de ellas.
Un fuerte abrazo y gracias por estar ahí...
Quito desde el avión...

El maestro y el discípulo. Benardino Rosendo