lunes, 8 de junio de 2009

Jugando con fuego...

Pues colorín colorado, esta etapa se ha acabado...

Atrás quedaron muchos miles de kilómetros, 24 días de aventuras, docenas de nuevos amigos y cientos de anécdotas pora recordar toda la vida.

En estos momentos que estoy escribiendo me inunda una tristeza extraña, no por el final de esta etapa sino porque imagino cuando escriba el último capítulo de este viaje al llegar a Miami.

Estoy en Ecuador, justo en la mitad del viaje. Esa línea imaginaria llamada "El paralelo del Ecuador" divide la tierra en dos mitades. Con un poco de suerte, en un par de etapas más estaré paseando con Linda por las playas de Miami dando por concluido mi viaje.

Ahora sólo quedaba subirme a un avión con destino España. Tan fácil? No lo creo.... Este viaje ha sido una aventura tras otra desde el primer día al último y la jornada de hoy no iba a ser menos...
Una persona normal, con la cabeza sobre los hombros hubiera realizado el pre-embarque, embarque y vuelo de regreso como cualquier cristiano. Pero no señor, conmigo no van esas cosas... Yo creo que nací marcado para andar siempre en medio de las dificultades. Alguien esta misma mañana me dijo que la confianza en mi mismo y la autoestima son las mejores armas que tengo para salir de las situaciones más caóticas en las que me suelo meter...

La historia que ahora te voy a contar Charlie, no tiene desperdicio. Intentaré narrártela con el máximo de detalles para que la vivas en primera fila.

Aeropuerto de Guayaquil, 4:30pm. El vuelo salía a las 8pm pero me advirtieron que estuviera al menos 3 horas antes y allí estaba.

Mi equipaje era una pequeña bolsa de deporte que facturé, el casco de la moto que lo llevaba en su bolsa original y el bolso que va sobre el depósito. Ese era todo mi equipaje, no más de 10 kg.

Después de la cola para facturar y la cola para pagar los impuestos, me tome un café tranquilamente en la cafetería del aeropuerto. Me sorprendía ver a todas las personas que allí trabajan con mascarillas para evitar el contagio de la "gripe porcina" que tiene aterrorizada a la población. Curioso que las mascarillas las utilicen los empleados y a nosotros, los viajeros, no nos den ningún tipo de protección.







Después de un rico café, me dirijo a control de pasaportes, control de equipaje de mano y metales, etc. Todo perfecto y rutinario como siempre. Cuando recojo el bolso de mano de la cinta de inspección me viene un policía uniformado, de unos 30 años, muy bajito, y me pide el pasaporte. Tercera vez en 50 metros.

Con tono amistoso, con el buen sentido del humor que me caracteriza y al mismo tiempo que se lo entregaba le digo "otra vez el pasaporte? pero si se lo tienen que saber de memoria...". El tipo me miró serio y ni se inmutó. Comienza a pasar las páginas del pasaporte sin prestar ninguna atención y me dice en un tono bastante despectivo:

- Viaja usted solo?

- Si, así es

- De donde viene?

- Pues Ecuador

- Dónde va?

- A casa... (ya me estaba tocando un poco las narices con la preguntadera en tono altanero y al mismo tiempo resoplando como un toro)

- Ha estado con alguien en Ecuador?

- Pues claro, soy muy sociable

- Tiene amigos aquí?

- Muchos, y si no los tengo los busco...

Ya la situación era tensa porque ante su intento de hundirme yo no me achicaba. Tenía dos opciones, o asentir a lo que el dijera o enfrentarme y ver hasta donde llegabamos.. Había tiempo, asi que tomé la segunda opción...

Sin ninguna duda el policía estaba intentando descubrir si yo traficaba con algo ilegal y a mi me picaba la curiosidad por saber como detectan a alguien cuando hace esas ilegalidades.

Seguía ojeando mi pasaporte sin leer nada, padaba las hojas una y otra vez mientras me preguntaba... De pronto comenzo a silbar... Ahí ya no pude más, eso me parecía una falta de respeto hacia mi persona. Entonces le dije:

- Cuál es la canción que silba? dígamelo y así hacemos un dúo y lo silbamos los dos....

jaajajjajajajajjajaj

No te puedes imaginar Charlie la cara que puso, casi se le saltan los ojos.. Comenzó a echar humo por las orejas y yo lo miraba sonriendo. Eso lo tenía fuera de sus casillas....

Ahí me dice que le acompañe. Volví a mirar el reloj y con toda la naturalidad del mundo lo seguí hasta una habitación donde llevan a los narcos. La aventura estaba apunto de comenzar...

En muchos de los viajes que he realizado me han inspeccionado. Esto de viajar solo es sospechoso por el tema del narcotráfico. Recuerdo en Panamá que me hicieron mas de 50 preguntas, en Los Angeles California sólo les faltó hacerme una radiografía para saber si llebaba bolas de coca en mi estómago, en Madrid me inspeccionaron meticulosamente todo el equipaje.. etc. En todos lados la policía ha sido muy educada y cortés, y yo colaboré totalmente. Pero este tipo desde la primera pregunta me di cuenta que o tenía mal día o no sopotaba a los turistas.

Yo no paraba de sonreir. Sabía perfectamente que no llevaba nada ilegal con lo que por mucho que preguntara o por mucho que revisara, no iba a poder hacer nada contra mi.

Me pide el casco. Le quita la funda donde lo tenía metido y comienza a mirarlo...

- Así que usted es motorista...

Subí los hombros y no contesté.

Al ver el casco tan nuevo pregunta

- En su país no venden cascos como éste?

- Pero vamos a ver Sr policía, en algún momento le he dicho yo que he comprando el casco en Ecuador???

Volvió a guardar el casco y no pararaba de resoplar. En esos momentos creo que hubiera dado media vida por encontrarme algo ilegal en el equipaje. Me pide el bolso de mano, el que llevo colocado sobre el depósito de Linda. Mientras lo abría me dice:

- Qué es lo que lleva aquí que no debería llevar?

Ahí ya se me explotó la risa y le digo:

- Adivina adivinanza, que tiene el rey en la panza!!!!!

- Se cree usted muy gracioso?

- Simplemente contesto a las preguntas que debo contestar, alguna obligación en decirle si venden en España cascos como el mío? alguna obligación en contestar a una pregunta tan tonta como que llevo en el equipaje que no debo llevar?

Al tipo lo tenía descolocado y la tensión era fuerte.. pero me daba igual. Tenía mas de 2 horas por delante para el vuelo.

-A que se dedica?

Simplemente volví a subir los hombros y no contesté.

Charlie, acabo de releer todo esto que llevo escrito y es que es para matarme, pero así fue y así te lo estoy contando...

Le advertí que sacara las cosas con mucho cuidado y las volviera a colocar dentro ya que eran muy costosas y delicadas. Ahí llevo los gps, la cámara de fotos y la de vídeo.

Al no encontrar nada en mi equpaje de mano, siguió con la preguntadera, no podía rendirse, yo aparentaba alguien que ocultaba algo:

- Qué lleva en su equipaje facturado?

- Ropa

- Algo más?

- Si, ropa

- Solo ropa?

- No, tambien algo de ropa

-Acompañeme....

Ahí me preocupe un poco, no tenía idea donde me llevaba y lo peor es que se dirigía al mostrador de Iberia. Me veía perdiendo el vuelo y pasando la tarde en una mesa de interrogatorios. No pude escuchar lo que habló con la señorita de Iberia. Luego continuamos por el "finger" (pasillo hacia el avión), luego escalera hacia pista y fuimos a la terminal de carga donde clasifican las maletas.

Ahí había una verdadera locura con tantas maletas. Un equipo de perros revisando una por una todas las maletas. Jamás imaginé que fuera así. Si hay alguien que se merece un buen sueldo son aquellos perros que no paran de rebuscar entre todo el equipaje. De verdad que no me explico como no se pierden más maletas en tantos vuelos con tanto lío.

Me pide que le indique cuál es mi maleta. Se lo indico y la coloca sobre un mostrador para comenzar a revisarla. Por su mirada y su interés sacando todo estoy seguro que intuía que yo llevaba sustancias ilegales.

Sacaba la ropa de la maleta pieza por pieza hasta vaciarla por completo. Incluso el lapiz del hotel último donde me hospedé lo miró detenidamente. Imagino que para leer el nombre del hotel y comprobar que yo no le había mentido.

Al sacar los guantes de invierno de la moto, luego los de verano. Miró al casco y dijo:

- Ah, usted es motorista.

- Veo que la policía saca buenas conclusiones.

- Donde tiene la moto?

- Eso no se lo voy a decir...

Yo seguía sonriendo y él me miraba disimuladamente.

Una vez vació totalmente la maleta, comenzó a buscar "dobles-fondos" y otros detalles similares. Nada, no encontraba nada y eso lo tenía desesperado. Entre el mal humor que cargaba, la frustración por no encontrar lo que buscaba y el no poder achicarme con sus preguntas, lo tenían fuera de sus casillas. Por si las moscas, leí la tarjeta de identificación que llevaba en su camisa y memoricé su nombre.

Cuando fue a meter toda la ropa a la maleta, lo intentó hacer sin ningún orden. Ahí le salté y le dije:

- Pare. El equipaje estaba perfectamente ordenado y perfectamente ordenado va a ir dentro de mi maleta. Usted lo sacó, lo revisó y ahora lo volverá a colocar como estaba lleve el tiempo que lleve. Yo no tengo la culpa de sus prisas.

- Tiene usted algún problema personal conmigo?

- Ninguno, pero esta conversación hubiera sido más amena si hubiera dejado sus malos humores y me hubiera tratado con más educación y no silbando. Le parece a usted correcto interrogar a un pasajero silbando????

Ahí lo terminé de bajar del caballo. Sin reconocerlo estoy seguro que se dio cuenta que no había actuado correctamente. Colocó con cuidado la ropa en mi equipaje y yo le ayudé. La tensión comenzaba a aflojar.

Devolvimos la maleta al lugar donde la habíamos sacado y volvimos hacia la terminal. En la escalera de subida le dije:

- Puedo hacerle una pregunta "Pepe Perez"? (lo llamé por su nombre)

- Dígame. (Ya su tono era más agradable)

- Qué vio en mí para hacerle sospechar que yo era un narcotraficante?

- Simplemente que viaja solo.

- Usted cree que es necesario todo este control? hay tanto narcotráfico?

- No se imagina cuanto.

- Pero usted cree que yo tengo cara de traficar?

- Si yo le contara las personas que están haciéndolo no se lo imaginaría. Son clientes incluso de los mejores hoteles del país.

Volvimos a la terminal de pasajeros y me dijo que podía continuar mi viaje. Ahí ya el tono era totalmente normal y le dije:

- Soy empresario, estoy viajando con mi moto por toda Latinoamérica, mi moto se ha quedado en casa de unos amigos aquí en su país, el viaje lo hago por etapas de 1 mes con lo que volveré próximamente y le haré famoso ya que escribo un blog donde pondré esta última experiencia del viaje.

Fue la única vez que sonrió. Nos despedimos dándonos cortésmente la mano.

Estoy seguro nos volveremos a ver, y también estoy seguro que la próxima vez sonreiremos desde la primera pregunta...