jueves, 29 de abril de 2010

Lluvia y más lluvia... Bogotá

Hora de partir.... lluvia, terrible lluvia.
Henry me mira y me comenta "Adelante amigo, esto sólo son una gotitas...."
El camino de la casa de Harold peligroso, deslizante, lleno de barro....
El asfalto perfecto, pero la lluvia torrencial.
Nos detenemos... Henry primero y yo seguido. Un cafe y esperamos?
Una hora esperando y no paraba... uffff
Primer intento, cancelado, nos vamos mañana....
Sinceramente hasta me alegré porque me siento super bien en casa de Harold.
Al día siguiente... segundo intento.
El camino de la casa estaba tan malo que Harold prefirió ir en moto delante para mostrarnos la mejor trazada y menos peligrosa en esos 2 o 3 km de tierra.
Había llovido toda la noche... aquello era un verdadero barrizal...
Por fin el asfalto.. Y SECO!!!!!
A rodar...
Seguíamos en el eje cafetero... lindo, verdaderamente lindo.
Henry marcaba la ruta.. yo lo seguía a corta distancia...
Cada vez que me despistaba con el paisaje... se me perdía. Tenía que exprimir a Linda para darle alcance.... pero me sentía muy cómodo tras mi amigo. Esa es una velocidad prudente y una manera de viajar segura. Creo que nunca llegamos a pasar de 100km/h.
Ya me habían hablado del famoso puerto de montaña que cruzaríamos hoy.... famoso famoso... la madre que lo trajo!!!!!
Retorcido como la subida a Jama, estrecho como la bajada desde Pasto a Popayán y lleno de camiones como la entrada a Quito... ufffff Y para colmo, las nubes amenazando....
La técnica: rodar y rodar... olvidar todo y pensar en positivo. Cada vuelta que dan las ruedas es una vuelta menos de camino..... Los camiones no nos dejaban desarrollar velocidad, no hacíamos otra cosa que adelantar y adelantar. Primera segunda y a veces tercera, pero rápidamente otra vez en primera velocidad...

Algo que me sorprendía en el camino es la cantidad de militares vigilando todas las vías en Colombia. Ni un solo día no me pararon para pedirme la documentación. Perfecto, me sentía cuidado, vigilado y a salvo. Mi más sincera felicitación al gobierno colombiano por lo que está consiguiendo.

En el camino... otro motorista se nos unió. Un chaval de 25 años con una "RR". O te acoplas a nuestra velocidad... o vas por tu lado.
Un almuerzo de tres.. muy ameno pero de pronto, a 50km de Bogotá, comienza la lluvia.... pero que lluvia.... Nos parecía que ya estabamos en la ciudad, pero aquella lluvía lo hacía eterno. Ropa de extrema lluvia y a aguantar....

Bogotá a lo lejos... grande, bulliciosa, impresionante..... mis labios sonreían, mi alma se encogía porque se terminaba la parte sur de este grandioso continente....
Henry me había regalado el mejor final para este viaje por Suramérica: visitar Colombia!
Una hora rodando por las calles de Bogotá hasta llegar al hotel. La lluvia no paraba, pero no le hacíamos ni caso. Me sentía flotando entre las calles de la capital colombiana. No hacía más que pensar "mañana tengo que conocer el casco histórico, el museo del oro, el palacio real... "
Demasiadas cosas para un solo día en la capital....