Viernes 2 de Abril de 2010. Lago Titicaca desde el lado peruano.
Me encuentro solo, mis amigos han continuado y yo decidí parar para dedicarle las últimas miradas a ese país que tanto quiero, Bolivia. Mis últimos pensamientos, mis sonrisas, mis lagrimas y mi promesa de volver...
Ahí está el gran lago, al fondo, en las montañas ese amigable país.
Atrás quedaron kilómetros inolvidables, historias inverosímiles, asados deliciosos y, sobre todo, amigos para siempre.
Bolivia, al igual que Argentina, me enseñó a amarla, me presentó a sus gentes y me acogió en sus brazos. Yo, por mi parte, acepté ese grandísimo compromiso.
Me gustaría encontrarla igual de auténtica, con las mismas gentes y con esa magia que hace al visitante que no deje de asombrarse.
Muy lejos de los que muchos piensan, Bolivia es uno de los países más bellos del planeta.
Y a los señores póliticos me atrevería a pedirles que gobiernen bien, que guíen las riendas de ese país hacia el desarrollo, la democracia y la calidad de vida.... los bolivianos se lo merecen.
Dejo mi corazón en Santa Cruz, mi alma en Cochabamba y mi vida en el Titicaca.
Volveré, claro que volveré porque no puedo vivir sin corazón, sin alma y sin vida....
Adios, MI BOLIVIA!!!
