jueves, 22 de octubre de 2009

Tercera etapa, la definitiva.




Tras unos días intentando darme cuenta de una triste realidad, prosigo con el viaje y la organización.
Amigo Charlie, aquí está por fin la ruta que voy a seguir en esta tercera etapa. La he variado tantas veces que ya ni por donde rodar...
Saldré desde Guayaquil (Ecuador) hacia la frontera con Perú en Huaquillas. Por primera vez en todo el viaje apuntaré con las ruedas de Linda hacia el sur. Cruzaré la frontera y bajaré por Tumbes, Trujillo, Lima, Nazca, luego me desviaré a Cuzco, Juliaca, Puno y al final el gran lago Titicaca. Desde allí continuando hacia el sur, cruzaré la frontera por Copacabana hasta llegar a La Paz. Unos días de descanso y volveré a subir pero esta vez por Desaguadero, realizando todo el recorrido hasta llegar otra vez a Ecuador donde terminará esta etapa. El camino de subida no lo tengo muy claro ya que depende de cómo me encuentre con el mal de altura (soroche). Desde luego utilizaré los consejos de mi amigo Miguel que tan bien me vinieron cuando crucé el Paso de Jama a más de 4800m.
Si me encuentro bien, volveré por el mismo recorrido que bajé. Si me afecta la altura, buscaré el mar lo mas rápìdo posible.
Es curioso como hablo de "subir", "bajar", como si fuera ir al bar de la siguiente esquina, habiéndo realmente miles de kilómetros y días de sufrimiento. No dejo de asombrarme como hablo de países como si fueran ciudades, y a las ciudades las considero "la calle de al lado"....
Me estoy dando cuenta que las distancia están comenzando a dejar de existir para mi.
Cada jornada en el viaje tiene dos momentos significativos: Un momento malo y un momento bueno. Cuáles son? El momento malo es cuando cada mañana te pones las botas y te das cuenta que te quedan por delante cientos de kilómetros y muchas pero muchos horas sobre la moto.
El momento bueno es cuando te quitas las botas porque sabes que se terminó la jornada. Esto me lleva a pensar que el viaje se puede resumir en dos palabras: LAS BOTAS!!!!!!

Charlie, es la primera vez que me paso renegando la organización de un viaje. Estoy cansado, muy cansado y por delante me espera otro gran reto. Por suerte la próxima etapa es por terrenos conocidos y se perfectamente lo que me voy a encontrar.
Es duro tener que manejar la moto, organizar el equipaje, cargar las maletas, vigilar las rutas, cuidarme de los peligros, hacer la lavandería, reparar la moto, decidir las rutas, ser mi propio médico y un largo etc de cosas que jornada a jornada tengo que realizar.
No es lo mismo salir un domingo a dar una vuelta con la moto, a tener que montar un día y otro también para llegar a una meta. No es lo mismo salir un fin de semana de viaje con la moto a tener que recorrer miles de kilómetros para llegar a un destino en un tiempo determinado, con la presion de tener que subir a un avión.
Pero como decimos por aquí, "sarna con gusto no pica"... así que dejemos de quejarnos y vamos a disfrutarlo...