Hace unos días, cuando narré como es el viento aqui en la Patagonia, también compartí algunos consejos sobre cómo enfrentarte a este gigante. Con muchas más horas a la espalda y muchos más experimentos aquí te hago una continuación de mis consejos:
13.- Siguiendo con el viento cruzado y constante, es de muchísima ayuda abrir la pierna del lado que nos ataca el viento, esto romperá la aerodinámica de la moto y la echará para el lado del viento, así descansarán tus brazos.
14.- El pie del lado contrario al viento se te abrazará. No te imaginas lo caliente que se pondrá debido a que el aire traspasará el motor calentandese y luego te da de lleno en la bota. Prepárate para sentir como se cuecen los deditos...
15.- Ojo con el aire cuando lo llevamos por detrás. La moto se calentará horrores, continuamente irá con el electroventilador encendido... por qué? Bueno, resulta que al ir el viento más rápido que nosotros, no permitira que el radiador choque con aire fresco con lo que sólo tendra el aire proviniente de los cilindros para refrigerarse. En resutado calentamiento de motor.
16.- Mi amigo Rubén de Buenos Aires, me hablaba de un tipo de viento que movía la parte de abajo de la moto, así como si te desmontara. Lo experimenté en varias ocasiones y te aseguro que es muy desagradable. No tenía lógica, como podía existir un viento asi? Bueno pues echándole cabeza al tema y probando historias raras me di cuenta por qué se producía: Resulta que las carreteras están mas o menos a 1 metro de altura sobre el nivel del terreno, y sus laterales son en pendiente de unos 45º. El viento viene cruzado a la carretera y se tropieza con este metro de relleno y asfalto, entonces sube por el lateral de la carretera, la atraviesa bien rastero para continuar por el otro lado. Es por ello que nos golpeará a las ruedas y la parte baja del carenado dándonos la sensación que nos quita la moto de debajo.
17.- Y para terminar, y este es otro consejo de Rubén, llevemos la moto en un cambio menos, así tendrá fuerza y rapidez suficiente para solucionarnos desequilibrios por los golpes de aire.