domingo, 6 de noviembre de 2011

Año y medio despues... aún hay gente maravillosa en el camino...

Ey, Charlie, viejo amigo... tiempo sin saber de ti, eh?  Por favor, no pienses que te tengo olvidado.. al contrario. Cada dia te recuerdo y siempre dibujas en mi una linda sonrisa...
Te cuento un secreto? Ya he instalado los programas del GPS en el ordenador..... y eso significa "algo"...

Después de varios meses sin revisar mi correo, hoy lo abrí sin un motivo especial.
Habían cientos y cientos de mensajes... unos de tonterias, otros de spam, algunos mas interesantes.. pero lo mejor de todo es que habían muchos, muchísimos de gente maravillosa del camino.... Gente que aún se acuerdan de mí.
Como para muestra un botón, como decimos en mi tierra.. aquí te pongo Charlie uno de tantos emails que estaban esperando ser abiertos....
Gracias Darwin, sin duda algún día compartiremos ese asado....


Estimado José


A mediados de la semana pasada me topé por casualidad con tu blog y tu maravilloso viaje por tierras americanas.
Cada día desde entonces he buscado los huecos dentro de mis actividades diarias para ir recorriendo virtualmente junto a ti las rutas de esta gigantesca aventura que has vivido.

No puedo evitar pensar en cuanto me hubiera gustado estar entre esa larguísima lista de amigos que cosechaste, en este caso en Maldonado, Uruguay y haber tenido el placer de estrechar tu mano en tu pasaje por nuestras costas, es casi seguro que el asado de mi padre hubiera contado entre los mejores que has gustado.

Quiero, además de felicitarte, darte las gracias por toda la entrega que has tenido al narrar tu viaje, al compartir tantas emociones, tantas amarguras, tantas incertidumbres y tantas conquistas. Hace un par de minutos termino de leer la última etapa de tu viaje y me he emocionado hasta las lágrimas al verte junto a Linda en Anchorage. Tu relato ha sido fascinante, al nivel de las mejores obras pues lo has dotado de todo tipo de emociones, incluso las más duras hacia el final de tu viaje en que uno siente a Linda como una fiel compañera que se acerca doblegada por la enfermedad al fin de una etapa (aunque no de su vida) y sin dudas el verla arribar a Canarias con la recepción de sus hermanas, ahí me quebré.

Como todo amante de las motos espero no dejar esta vida sin cumplir el sueño de un gran viaje en moto, aunque aún no tengo definido por donde, seguramente recorrer al menos el cono sur de América puede ser mi gran aventura. De alguna manera tu experiencia me ha permitido hacerme una idea concreta de todo lo que puede esperarse de un viaje de tamañas proporciones, pues he leído aventuras en dos ruedas de otros moteros pero francamente como tú lo has compartido, ninguno.

No sé de tus viajes anteriores ni si después te has ido a la India o a Australia pero estoy seguro que ningún otro viaje se comparará con este.

Desde lo profundo de mi corazón me despido con un enorme abrazo y un gigantesco gracias desde esta esquinita al sur de América.

Si algún día vuelves por estas tierras será un placer conocerte y estrechar tu mano personalmente y de paso ponerme a tus órdenes.

Que tengas una muy buena vida por delante.

Darwin
Maldonado, Uruguay