Hace unos días te pedí que te sentaras conmigo, que me escucharas, que dialogáramos...
Fue una conversación amena pero no dio resultado. Seguiste castigándome con tu furia.
Hoy quiero volver a sentarme contigo y despedirme de ti.
Aunque has sido la pesadilla de mi viaje, tengo que reconocer que fuiste una parte importante en esta aventura.
Tras hablar contigo la primera vez, al día siguiente no solo me seguiste maltratando, sino que además llamaste al Dios de la lluvia que descargó sobre mi espalda más de seis horas de intensa lluvia. Desde Esquel a la Angostura sin darme tregua.
Patagón, Dios del Viento en la Patagonia, hoy salí de tus dominios y ya me encuentro en la Pampa argentina.
Cuando hoy montaba a Linda desde muy temprano, recordaba todo lo que me hiciste pasar. Recodé la primera ruta con un viento terrible desde Río Gallegos a Calafate, recordé el tremendo viento que me diste por la ruta de Bahía San Julián hasta Caleta, se me encogió el alma cuando pensé en aquellos 66km que han sido los mas terribles de mi vida sobre una moto, el tramo Caleta Olivia a Radatilli. Recordé la lluvia en la carretera a la Angostura y la cantidad de veces que intentaste tirarme de la moto.
Has sido malo, muy malo conmigo. Me has hecho pasar malos tragos. Pero te lo advertí, contigo o sin ti yo cruzaría la Patagonia.
Hoy me voy, te di la espalda, pero no por ello me burlaba o me consideraba victorioso. Para nada.
Quiero dejarlo "en tablas". Yo crucé tu región, pero tu me atemorizaste como nadie lo había hecho jamás. En mi memoria estará para siempre aquel tramo de los interminables 66km, que como escribía hace unos meses, en este viaje haré 300km de auténtico terror, pues estos han sido los primeros...
A partir de ahora me pelearé con muchos otros problemas, con la cultura inca y mas arriba con la maya, con su naturaleza, con su viento y su lluvia.... pero nunca más volveré a pelear contigo, Patagón.
Aquí te dejo, sigo mi camino. No puedo decir que fue un placer conocerte, pero si puedo decir que has sido y serás parte importante de mi aventura.
Cuidate y por favor, no seas tan cruel con las personas que amistosamente vienen a conocer tu tierra y que no tienen ningún ideal de conquista...
Se despide de ti para siempre, un Quijote del siglo XXI.