viernes, 16 de julio de 2010

Seis horas menos...

Aunque mi alma y mi corazón siempre están en Latinoamérica, muchas veces mis pasos no se deslizan por este continente...
Hoy paseaba por un parque con mucho bullicio por la gente, los autos, los niños... Calor, humedad y olor a "verde".

Relajado, mirando al suelo y sin pensar en nada en particular. Mi mente volaba y de vez en cuando se me escapaba una sonrisa. Muchos me miraban como diciendo "qué estará pensando este loco....". Cuando levanto la cabeza y miro alrededor me doy cuenta que las cosas son diferentes... Miro a mi reloj y marca 6 horas de diferencia... Charlie, estoy en LATINOAMERICA!!!! Por fin comienza mi paz otra vez... Es mi turno, ahora me toca hacer lo que mejor se hacer: rodar!!!!



Si... otra vez mis paseos son por el nuevo continente. Estoy feliz y esta sonrisa no la puedo disimular.


San Pedro Sula, lugar donde deje a Linda en manos de Fabio mi gran amigo, no es precisamente mi ciudad favorita pero me siento agusto. Calles interminables, gente y mas gente, lugares conocidos y otros por conocer. Una ciudad mucho más moderna que la capital Tegucigalpa, pero con mucho menos para visitar.



Me llama mucho la atención el centro donde los puestecitos, mercados y tiendas son "a mi estilo". Wow... disfruto como un niño.. estoy feliz!!!!


Charlie, nos queda bastante trabajo aún. Linda tenemos que ponerla perfecta para el gran viaje. Algunos temas pendientes por resolver pero pronto estaremos camino del norte por última vez en este viaje.

Tan pronto como llegué al aeropuerto de San Pedro, comenzaron las sorpresas. El vuelo se había retrazado varias horas en Costa Rica y era el último de la noche. Hubiero varios problemas con los pasajeros, el retrazo y el trato tan malo por parte de la compañía. Incluso tuvo que intervenir le policía.


Una vez en San Pedro, en cuando recogí las maletas ya no quedaba nadie, fui de los últimos en salir. Pero dónde hay un taxi?????? Esperé varios minutos y nadie llegaba. Vi un joven y le pregunté, me dijo que no tenía idea. Qué hago? Es imposible pasar la noche con las maletas en la puerta del aeropuerto.....
Vuelvo donde el joven y le planteo un negocio: Por qué no haces de taxi para mí y te ganas unos dólares extra? Dicho y hecho... me llevo al hotel sin problemas, me cobró menos que un taxi y fuimos hablando todo el tiempo del partido de la final del mundial de fútbol que había ganado España.

Comienza el trabajo, primer tema por resolver me lleva hasta el centro. El taxi me va paseando por las principales calles. Veo mucha pobreza, gente sin nada que hacer, mendigos, indigentes, niños respirando dentro de una bolsa de plástico con pegamento.... triste lo que mis ojos veían. Me bajo frente a un edificio de tres plantas con un patio interior y escaleras para ir subiendo. Son todo pequeñas tiendecitas.
Las escaleras se encuentran al final del patio, así que me obliga a cruzar todo el edificio. Según entro la gente me mira, está lleno de mendigos y gente "extraña". Nadie dice nada, simplemente me observan. Avanzo preocupado, tengo que llegar a la tercera planta donde hay una pequeña tienda que hacen bordados con logotipos. Más gente sentada en las escaleras que apenas dejan espacio para subir. Esto se está poniendo cada vez más feo.
Primera planta y las cosas se ponen peor. Más gente "extraña" y cada vez con peor pinta.
Tengo que seguir me digo continuamente. Sin reloj, sin gafas de sol, con camiseta y jeans, pero a lo lejos se me lee que no soy hondureño. Cruzo esa primera planta y sigo subiendo a la segunda. Aquí hay menos gente, pero las escapatorias son casi nulas en caso que tenga que correr. Creo que estoy sudando y no es precisamente por la temperatura.
Cruzo la segunda planta y me dirijo a las escaleras. Alli un grupo de jóvenes de 20 años. Malo malo, son unos ocho. Pido permiso para subir y me dejan espacio de mala gana aunque no dicen ni una palabra. En mi cabeza sólo está la idea de que tengo que volver a bajar por el mismo camino... Subo, muy alerta, pero subo. Despacio, sin que se me note la preocupación pero a lo mío. Por fin veo la bendita tiendecita donde tengo que encargar unos logotipos.
Resuelvo el pedido y me enfrento a la aventura de volver a bajar los tres pisos.
Al salir de la tienda y dirigirme a las escaleras veo al grupo de jóvenes que ya me esperan en la parte de arriba. Todos depié, hablando en voz baja y sin dejar de mirarme. "Al toro y por los cuernos", pensé.
Avanzo con cara de tranquilidad, despacio pero sin pausa. Frente a ellos digo "permiso" y voy pasando. Están a ambos lados. Llevo las manos cerradas, el cuerpo tenso y prepadado para cualquier cosa.... No sé como saldré de ésta, pero que salgo salgo!
Nadie se mueve y yo comienzo a bajar las escaleras, estoy alerta, hago mucho caso al oido y no siento que bajen. Primer trozo de escalera y no me siguen. Bien!
Según voy cruzando la segunda planta miro hacia arriba disimuladamente y veo que se quedaron arriba.... ufff, menos mal, pensé.
Todavía me preocupaba la idea que gritaran desde arriba y alguien me cerrara el paso abajo. Es por ello que no bajé la guardia hasta salir del edificio.
Charlie, tenías que ver aquel "centro comercial", parecía sacado de las peliculas de los barrios bajos de New York cuando la policía hace redadas de drogas, etc.
Las paredes sucias, llenas de pintadas, un olor terrible que dan ganas de vomitar, gente rara por todas partes, mucha gente de color, todos tirados por los suelos. Las tiendas llenas de rejas metálicas en su exterior y muchas atienden detrás de las rejas. Oscuro y con nula ventilación.
Para no volver, te lo aseguro.

El resto del día fue más tranquilo. Lo pasé ultimando detalles hasta que Fabio me fue a recoger al hotel para irnos a cenar.

Hasta mañana Charile, viejo amigo.


P.D.: Esta foto me llamo mucho la atención en San Pedro, dos niñitos paseando y el de la izquierda con un machete casi más grande que él.