Vamos a la última revisión de Linda. Tiene que estar en perfectas condiciones, le toca la etapa más larga.
Un taller de KTM donde hago el servicio. El trato maravilloso y el mecánico de los mejores.
Ambiente relajado, dos mecáncios en la moto de Fabio y uno en el mío.
Superviso cada detalle en la moto. No me volverá a ocurrir que me dejen los tornillos sueltos, de eso estate seguro querido Charlie.
Pastillas de frenos, neumáticos reforzados (cámaras), protector aceite cadena y algunos retoques más. Más vale prevenir que curar, mi mejor consejo en este viaje.
Dieguito, el niño de Fabio, nos acompaña... super activo, travieso pero un amor de niño. Rápidamente en el taller invita a merendar a su amiguita... jajajajjaaj De tal palo, tal astilla..
Y nuevo invento para Linda. Fernando en su taller de inoxidables diseño un sistema para que el aceite extra del scottoiler no manche las maletas. Los dos anteriores sistemas no funcionaron, veremos como va este, parece prometedor.
Por la noche, cena, unas cervezas y a esperar que llegue el gran día.
Allí se nos une Abel, otro motero pero de Harley. Su flamante montura recién comprada. Cuando le hablamos del viaje no deja de alucinar. Quiere venir con nosotros acompañándonos hasta la frontera. Será un placer... nuevos amigos para siempre.
Ya en la noche, última visita a la casa de Fabio. Allí la colección de más de 500 motos a escala. Impresiona nada más verlas.
Un pequeño partido de futbol improvisado con Dieguito y de vuelta al hotel, otro gran día recién termina.
